Depresión, medicación y alimentación

Depresión y Medicación

Si bien los antidepresivos resultan fundamentales a la hora de proceder al tratamiento de un cuadro de este tipo, su uso para que sea útil, debe ser enmarcado en una relación terapéutica:

  • No todas las personas se deprimen ante determinadas situaciones, lo cual nos lleva a resaltar la particularidad, singularidad de cada persona. Esto quiere decir que no existe un tratamiento único para la depresión como lo sugieren los fármacos. Un tratamiento de una depresión debe abordar si o si los determinantes psíquicos que produjeron este malestar. Sino solo se trataría de aliviar una sintomatología con la cual se convive.
  • La medicación debe estar al servicio de facilitar el proceso terapéutico, de permitir que la persona pueda sostener determinado “estado de bienestar mínimo” que le permita poder realizar sus actividades y de permitir la elaboración psíquica de su problemática.
  • Uno de los riesgos a evitarse en el uso de la medicación es que, este objeto (el medicamento) fácilmente ocupa el lugar de interés de la persona afectada, favoreciendo la anulación y desvalorización de las relaciones sociales, de las actividades, de los objetos y del mundo que frecuentemente ya había comenzado a manifestarse.
  • Si el depresivo se encuentra en este estado es porque no puede renunciar a una relación, a un vínculo, a un modo de vincularse que le sirvió en el pasado, que suele reflejar un modo de vinculación inadecuado sostenido por varias generaciones en la familia. El medicamento corre el riesgo de quedar ubicado en el lugar de sustituir ese vínculo, favoreciendo la permanencia de este modo vincular que justamente genera el cuadro. Es por esto que la medicación debe ser dada en el marco de una relación profesional y terapéutica.

La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días

Sobre la Vitamina B y su Relación con la ansiedad y la depresión:

Depresión:

Puede ser producida por carencias de: Biotina, vitamina B6 (piridoxina), riboflavina, vitamina B12 (cobalamina), vitamina C, Calcio, hierro, magnesio, ácidos grasos omega-3, potasio, ácido fólico, tiamina (B 1), etc.

Vitaminas del grupo B.

Este grupo tiene particular incidencia en la depresión. La tiamina mejora el estado mental y favorece  el  funcionamiento del sistema nervioso (presente en la  levadura de cerveza, salvado, leche y en los vegetales). La  B6 mantiene en buen estado el sistema nervioso (presente en la levadura, salvado, germen de trigo, repollo, melaza, leche y  huevos). La B12 aumenta la vitalidad,  alivia los estados de irritabilidad, mejora la concentración y  memoria (presente en algas, huevos, queso y levadura).
Cabe recordar que el alcohol, la galactosa y la lactosa son antivitamínicas B.

Vitamina B1: Tiamina.
Ejerce un papel importante,  como todas las del grupo B en la buena salud cardiovascular.
Se encuentra en acelgas, arroz cocido, copos de avena, harina integral de avena, , maíz, mijo en grano, trigo en grano, aceituna verde, kiwi, limón, mandarina, mango, manzana, melocotón melón, membrillo, , almendra, castaña, sésamo, ajo, apio, berenjena, , espárrago, espinaca, perejil, pimiento, puerro (bulbo), rabanito, etc.

Vitamina B2:
Presente en: Vísceras, Levadura de cerveza, hígado, áloe vera, jalea real, almendras, Germen de Trigo, cereales, yema de huevo, etc.

Vitamina B12
No existen frutas y/o verduras que sean ricas en esta vitamina. Los vegetarianos estrictos les convendría  tomar un complemento de esta  vitamina; otra opción son cereales enriquecidos con esta vitamina. ( Presente en almejas, sardinas, yemas de huevo, truchas, salmón, y carne.)

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