Tips para prevenir un ataque de panico:
- No tomes decisiones cuando algo para vos no es claro aún.
- Piensa en que te ha pasado nuevo en los últimos tiempos ( los últimos tres o cuatro meses , sobre todo). Seguramente lo que te pasa tiene que ver con eso.
- Pide ayuda
- No te aísles, evita encerrarte en vos mismo.
- No te asustes por las sensaciones que te aparecen, no tienen que ver con algo orgánico. Si sentís que te vas a morir, es porque no está ocurriendo. Si ocurriera, no lo sentirías (ver “Síntomas del ataque de pánico y su explicación real”) Posar la palma de la mano en el pecho durante un rato, ayuda a calmar… Si si, hace la prueba.
- Haz deporte.
- Escucha música
- Familiarízate con una técnica de relajación, de respiración o meditación.
- No te dejes llevar por el miedo a ser rechazado.
- Evita el consumo de estimulantes. La cafeína, el alcohol y el chocolate, entre otros, estimulan al sistema nervioso, fomentando el aumento de la ansiedad.
¡Qué pequeñas son mis manos en relación con todo! lo que la vida ha querido darme!
Definición de Angustia
Angustia: “Es una sensación que invade de carácter penoso tanto físico como emocional, y que se caracteriza porque no se sabe la causa de la misma”. Tomando a Kierkegaard y el existencialismo, se habla de la angustia definiéndola como la inquietud metafísica nacida de la reflexión sobre la existencia y sus temas centrales: nacimiento, vida, muerte, sexualidad, enfermedad, etc.”.
La angustia se acompaña de un malestar psicológico y cambios biológicos:
- taquicardia
- sudoración
- temblores
- sensación de falta de aire
- expectativa de que algo malo va a ocurrir
- hormigueos, y extremidades “dormidas”, etc.
La angustia se diferencia del miedo ya que éste último está referido a un objeto definido, mientras que en la angustia se teme a algo desconocido, que no se llega a definir.
La angustia se caracteriza por ser un estado en el que no puede permanecerse sino por momentos dado su carácter “insoportable”. Este carácter es justamente lo que posibilita motorizar un verdadero cambio en el ser que permita mitigar este malestar. El problema surge cuando la angustia genera un efecto paralizante.
Definición del ataque de Pánico
Freud fue el primero en describir la sintomatología del ataque de pánico, con sus temores de muerte inminente o de volverse loco.
Los ataques de pánico son períodos en los que el individuo sufre de una manera súbita un intenso miedo o temor, aparecen de repente. En general, se trata de una situación de la cual el sujeto desea escapar. La persona que sufre episodios de pánico se siente súbitamente aterrorizada sin una razón evidente para sí misma o para los demás. Durante el ataque de pánico se producen síntomas físicos muy intensos.
Cada vez que se repitan los ataques se puede padecer de agorafobia: es el miedo padecido por la persona con trastorno de pánico a estar en lugares o espacios públicos donde le es complicado escapar y evadirse para pedir ayuda, en el supuesto (y solo supuesto) caso en que se aparezca una nuevo ataque o crisis.
Definición de Crisis.
El término crisis proviene del griego “krisis”, que significa separar o decidir. Por lo tanto crisis puede significar algo que se rompe y que por ende, requiere de análisis: la crisis nos obliga a pensar, a pensar sobre que estamos haciendo, siendo y queriendo.
Dado que el ser humano realiza su desarrollo interno para superar aquello que le provoca sufrimiento o dolor, la crisis se vuelve una oportunidad única para modificarse a sí mismo.
Una crisis viene a decirnos que la persona en cuestión se encontró con un cambio interno o externo para el cual no estaba preparada. Al no estar preparada, no puede dar respuesta a sus necesidades que “colapsan en la crisis”. Entre las situaciones externas que pueden provocar una crisis cabe mencionar: una perdida (de todo tipo), una enfermedad grave o la muerte de un ser querido, procesos de crecimiento inhibidos, etc. Para que una situación externa produzca una crisis, debe haber un componente interno que posibilite la emergencia de la crisis.
Los cambios internos más comunes propiciadores de una crisis son: algún déficit en el cuidado que recibimos de pequeños, el natural desarrollo psicofísico de la adolescencia y de adultos, algún cambio externo que el sujeto, “empapado” en algún conflicto interno no resuelto, se ve imposibilitado de superar.