Causa central de una fobia.
El miedo se produce por ausencia de amor… solo falta una letra: en vez de “te amo”, en donde se despliega en la frase la relación con alguien, queda en el “temo”: no llegamos a salir y ponernos en relación con nuestro exterior. La mayor parte de las veces, esto ocurre porque en la trama vincular de nuestra niñez quedamos demasiado protegidos por uno de nuestros padres y desamparados, por ende, en relación al otro progenitor. Esto nos lleva a la dificultad de “ir”, “salir”, del mundo familiar y asumir los riesgos de la vida.
Superar una fobia
¿Cómo hacer para superarla? Es importante, cuando la fobia se vuelve “indomable e irracional”, consultar con un profesional, además de hablar con quién queramos de nuestro entorno. Por otro lado, es muy útil para conocernos, el “acercarnos a nuestro temor” y sostener esa distancia lo que más podamos: de esta manera nos conectamos gradualmente con las emociones, pensamientos y sentimientos que están alimentando la fobia.
Si no vas en la dirección de tu deseo, vivirás cobardemente
La fobia es un temor intenso, que persiste y no es justificable, porque no hay un peligro real en juego, en relación a un objeto o situación específica.
Diferencias entre fobia y miedo.
Un miedo y una fobia difieren en que las fobias son irracionales. En la fobia se observa que el miedo “…es desproporcionado con respecto al peligro al que la persona se expone y lleva a evitar la situación temida”, provocando un fortalecimiento aun mayor del temor. En el miedo la persona asume una actitud atenta y de cautela frente a los peligros; el miedo ayuda a estar atentos y alertas en vez de interferir en ella de manera negativa.
Se habla de fobias cuando la intensidad del temor es: injustificado en relación al peligro real, inoportuno dado que no es sentido en el momento apropiado, y por último, cuando interfiere nuestra vida normal reduciendo nuestra capacidad de acción y goce.
Algunos de los síntomas son: ansiedad o crisis encubiertas de ansiedad, fatiga, ataques de pánico, insomnio, palidez, sudoración, taquicardia, ganas de ir al baño, tartamudeo, etc.