Terapia psicologica y psiquiatrica.

Terapia Capital y Gran Buenos Aires.

La indiferencia ante la muerte se nutre de su indiferencia ante la vida.

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La terapia psicológica es un proceso de comunicación humana, verbal y no verbal,  entre un terapeuta (sujeto entrenado para observar modos de ser, y facilitar cambios internos) y un paciente. Los  objetivo de los tratamientos son variados, sin embargo, cabe destacar uno de ellos: generar una mejora en la calidad de vida del consultante, a través de la toma de conciencia de lo que sucede  en su  interior y una posible o no, transformación de su ser (conducta, pensamiento, actitudes y sentimientos). Saber cuando pedir ayuda, es muy importante para facilitar el proceso terapéutico. En el apartado mitos falsos, obtendrá respuestas a una serie de creencias falsas.

En otras palabras, es el tratamiento de una complicación tanto física como mental con distintos medios científicamente desarrollados.

Existen diversas escuelas psicológicas que funcionan como paradigmas a la actividad profesional de los terapeutas.
Dos características unifican a las distintas corrientes de  terapia psicológica:

  1. El contacto directo y personal entre el profesional y el que pide la consulta
  2. Una relación que permite el descubrimiento de las características e identificaciones del mundo interno de quien consulta, posibilitándose de esta manera, la modificación de las maneras habituales de ser y relacionarse de la persona en cuestión.

El código deontológico (ético), establece entre muchas otras normas, la confidencialidad privacidad que el terapeuta debe guardar en relación a las comunicaciones que se producen durante las sesiones.

Por esto, entre otras cosas,  la habilitación legal  para que una persona pueda ejercer la profesión terapeuta, requiere de formación académica, entrenamiento guiado por profesionales con mayor experiencia, la realización de un proceso terapéutico por parte  del profesional y dentro de lo posible, la participación en grupos de estudio.

Cuando una persona consulta para iniciar una terapia psicológica es porque esta reconociendo que no esta pudiendo resolver su situación como lo había pensado…lo ha intentado más de una vez, pero no logra encontrar una respuesta, una solución. No la encuentra…sin embargo la solución está en ella misma. La solución esta en uno mismo, sin embargo, esta se encuentra “en estado de vinculación con otro”, es decir, al comunicarme y relacionarme con otro, me descubro y así poseo la posibilidad de “hacer algo” con esto. La no comprensión de esta peculiaridad humana,  suele llevar a intentos repetitivos e infructuosos por dar  respuesta al malestar y sufrimiento.

Nadie pone en tela de juicio la necesidad de respirar, o alimentarse…¿Por qué si se lo hace a la necesidad de pedir ayuda?…Toda necesidad no asumida, no reconocida y  no satisfecha, provoca procesos internos que terminan siendo tóxicos para el psiquismo y el organismo mismo. Neurológicamente se sabe que un buen proceso terapéutico provoca cambios en la comunicación neuronal similares a los que la ingesta de medicación produce. Es decir, que la cualidad de determinados vínculos humanos, pueden alterar drásticamente lo que neuronalmente ocurre.

Un problema que surge al realizar una terapia psicológica, es que, como el ser humano es un ser con hábitos (es asi, por lo menos, hasta que se los despoje), no es suficiente con desear liberarse del padecimiento o malestar,  para que esto ocurra. Su situación personal se puede graficar de la siguiente manera:” esta pisando la madera que desea levantar”, es decir, esta identificado con una manera de ser, un modo de conducta que provoca la aparición del malestar que posee. Esto provoca cierta resistencia al cambio, el cual surge espontáneamente, entre otras causas, por el solo hecho de escucharse decir lo que pronuncia en sesión. Se trata de vivir para crecer, para estar…sin embargo crecer implica duelar el pasado, sea este próximo o lejano, para poder vivir en el presente, en el único momento realmente vivo que es el presente.  Y esto vuelve necesario que nuestro ser se metamorfosee, se actualice, se “resetee”, que nuestros comportamientos y actos se modifiquen para lograr un real equilibrio. Es la supresión, la perdida de nuestra capacidad de ajuste creativo (adaptación) por evitar el dolor, lo que nos hace tropezar una y otra vez con la misma rama….mejor dicho malestar y dolor…ese mismo dolor que se quiso evitar.

El año pasado oí una bella historia,  sobre un padre que llama a la puerta de la habitación de su hijo,  y dice:
-¡Jaime despierta!
Jaime contesta:
-No quiero papá.
El padre le grita intensamente:
-¡Despierta, debes ir a la escuela!
-No quiero ir.
-¿Por qué?
-Por tres razones: me aburre, los niños se burlan de mi y porque ¡odio la escuela!
-Pues bien, responde el padre,  voy a darte tres motivos por las cuales tienes que ir: es tu deber, tienes cuarenta y siete años y porque eres ¡el director!

¿Quién puede decir estar exento?

¿Para qué hacer terapia psicológica? , para deshacer-hacer una nueva síntesis del propio ser que permita vivir en el aquí y ahora. Pero este cambio, no lo olvidemos, implica entrar en contacto con el dolor, si o si y esto no lo podemos hacer solamente solos. Dolor inevitable que surge cuando “perdemos lo que éramos”, cuando “soltamos las situaciones que nos mantenían esclavizados”.

En terapia psicológica, no se trata de que el psicólogo diga a la persona lo que tiene que hacer, dar consejos,  sino facilitar la observación de  lo que esta haciendo el consultante (tanto su conducta como sus identificaciones) y que por y para si misma produzca, invente algo nuevo.

Clasificación de las terapias psicológicas:

Entre las modalidades terapéuticas, cabe destacar sobre las más de 400 teorías y técnicas existentes, las siguientes:

  • Psicoanalítica: ir a psicoanalista y escuelas psicológicas.
  • Cognitivo- conductuales: ir a escuelas psicológicas
  • Humanistas-existencialistas: las personas poseen un impulso vital natural, fuerza de vida, hacia el crecimiento y esto se ve obstaculizado si se aprendió un concepto de uno mismo negativo, erróneo o limitado. Todo ser humano se comporta para cumplir un guion, un argumento de vida,  que  suele no ser conocido por el consultante: se trata de conocer, hacer conciente este guion y ver que cambiar del mismo.
  • Terapias sistémicas: ir a escuelas psicológicas. El comportamiento y los estados emocionales de uno de los miembros no puede separarse de los demás integrantes de la familia. Cada familia tiene sus propias pautas de interacción,  que no siempre son funcionales, es decir, no suelen funcionar bien, ser operativos.
  • Líneas posmodernas:
    •  Construccionista
    •  Constructivista

Los límites entre las distintas terapias psicológicas empiezan a diluirse y, la psicología clínica, permite usar hoy día, una serie de términos que permite hablar de los mismos fenómenos desde las distintas posturas teóricas: por ejemplo, el insight, experiencia emocional correctiva o transferencia.

[/et_pb_toggle][et_pb_toggle title=»¿Cómo escoger a un Terapeuta, un Psicologo? ¡Cómo saber cual es el mejor tratamiento psicologico para uno mismo?» admin_label=»Conmutador» _builder_version=»3.0.47″ background_size=»initial» background_position=»top_left» background_repeat=»repeat»]

EN VEZ DE ALFOMBRAR EL MUNDO ENTERO PARA NO TROPEZAR, PONTE ZAPATOS CÓMODOS.

Hay enfoques que tienen mayor eficacia en el tratamiento de determinado tipo de problema. Conozca qué tipo de terapia le conviene. Como paciente uno tiene el derecho a elegir. Esto es: seleccione el terapeuta que trabaje con el abordaje que sea adecuado.

Es fundamental congeniar, tener afinidad con la persona del terapeuta, sentir que se tiene “feeling” con él. Las investigaciones demuestran que la calidad de la relación terapéutica es más importante que el enfoque teórico y técnico que utilice el profesional. Por ello, en el Centro Anteroos le brindamos la posibilidad, si es su intención de tener una entrevista con más de un profesional. Recuerde que si pide asistencia en una obra social, puede elegir el marco teórico, la edad y el sexo del terapeuta…es su derecho.
Es importante que el profesional que lo asista tenga una buena formación. No dude si lo considera necesario, pedir su CV.

Una referencia para saber si el proceso terapéutico es adecuado es responder una serie de preguntas: ¿Quién es el protagonista?….es usted, no puede ser de otro modo. ¿Se ha podido generar una pregunta en relación a mi situación, comportamiento o ser?. Otra: ¿Algo me sorprendio en el proceso terapéutico, o me llamo la atención?…si no hay atención, se dificulta.

¿A podido observar un comportamiento o situación en usted que se repite? Esto que se repite suele provocar  malestar…No olvide que requiere tiempo desarrollar estos temas.

Tenga en cuenta que puede realizar varias entrevistas con el profesional antes de decidirse. Ahora bien, una vez realizada la elección, no es recomendable dejar el tratamiento al encontrarse con situaciones conflictivas en el tratamiento. Para ello, es preferible que usted establezca plazos de tiempos que cuando finalicen, usted redecidirá si prosigue o no.

Si usted no se siente satisfecho, cree que ha pasado tiempo y no alcanzó las metas que se había propuesto, si tuvo un entredicho o desencuentro, no dude en conversarlo con su terapeuta. Por último, recuerde que un tratamiento psicoterapéutico dista mucho de se una solución mágica: requiere de voluntad, tener afinidad con el profesional,  esfuerzo para lograr cambios y saber que se “reviviran” ciertas situaciones dolorosas.

No tiene que ver con un buen desempeño profesional,  ninguna de estas actitudes: mandar, manipular, moralizar , consolar, chantajear, culpar, aconsejar soluciones, interpretar contenidos amenazar , juzgar , ridiculizar , insultar , catalogar o alabar comportamientos.
Escuchar empáticamente, es uno de los secretos de un buen proceso psicoterapéutico. Escuchar, para que tanto el consultante como el profesional posen “la mirada” donde algo puede estar provocando malestar.

Un buen terapeuta, hace que se resalten y utilice sus propios recursos, que usted se sienta responsable de sus  cambios, se pregunta cómo y qué y no solo por ques.
Actitudes incorrectas de un terapeuta.
– Le habla de «problemas» difíciles,  que le llevará mucho tiempo de trabajo  solucionar.
– Cuando la terapia no funciona,  afirma que “usted se resiste”.
– No nota avances o cambios. Una buena terapia lleva su tiempo, sin embargo, las diferencias se perciben desde el inicio mismo.
Por último, junto con la elección de un buen terapeuta, usted no debería olvidar que el trabajo de este terapeuta es recomendable que ocurra dentro de un grupo de trabajo interdisciplinario.

Es un gran interrogante que, al no acordarse una respuesta en común por la comunidad científica a los términos de salud y enfermedad, provoca la aparición de distintas técnicas de terapia psicológica.  Las diferentes técnicas terapéuticas se diferencian sobre todo en “como alivian”. La cura en si no puede generar técnicas distintas dado que curar, tiene que ver con “dejar de ser y/o hacer lo que somos y hacemos  que nos provoca malestar y/o sufrimiento.

Si el psicólogo solo alivia… ¿En que se diferencia de una droga o medicamento?…Sin embargo por momentos el malestar puede ser muy intenso.

Si la terapia psicológica cura, ¿No será posible usar un poco de anestesia?

La salud esta vinculada a la cura. Sin embargo, el proceso de cura significa  “revivenciar” momentáneamente situaciones difíciles que pueden ser demasiado desestabilizantes para la persona. Por lo tanto “el alivio” se vuelve necesario.

Cuando un acupunturista realiza su labor, intenta,  al aplicar la aguja,  que el paciente sienta un “dolor placentero”…ese punto es el lugar donde se produce un eficiente proceso curativo. En una terapia psicológica, la situación no es muy distinta. Llegado el caso, solo se trata de momentos…

El problema surge cuando una terapia psicológica se centra exclusivamente en “brindarle herramientas” a quien consulta,  brindar “un nuevo mapa de la realidad”, porque lo único que se esta realizando es un alivio, un sedación. Cuando la terapia psicológica o técnica terapéutica se centra en aumentar “las posesiones” del paciente (recursos, mas herramientas, nuevos mapas), esta hablando de calmar, aliviar; en cambio, cuando la terapia psicológica o teoría terapéutica se centra en la observación del propio ser (en contraposición al tener de “las posesiones”), y la discriminación de las identificaciones que nos determinan en nuestros malestares, estamos hablando de cura, de sanación.

[/et_pb_toggle][et_pb_toggle title=»La combinación de algunos elementos para ser feliz» admin_label=»Conmutador» _builder_version=»3.0.47″ background_size=»initial» background_position=»top_left» background_repeat=»repeat»]

Tema sumamente complejo el de hablar sobre como ser feliz, solo se intenta en este articulo, hacer una aproximación al mismo.

La creencia generalizada es que  uno va a ser feliz si tiene algo que le esta faltando: un hombre, una mujer, un auto, una figura estética, una casa, etc.  Sin embargo, cuando uno obtiene lo que deseaba, no suele provocar un estado de felicidad. ¿Puede ser que el estado interno, como estado que perdura, pueda ser determinado por un estimulo externo momentáneo, como ser lograr un objetivo en la vida? La experiencia parece decir lo contrario, es decir, que por el intento de lograr aquello que pensamos que nos hará felices, sufrimos. Con esto no se quiere insinuar que lo mejor es no tener objetivos o sueños, sino que nuestros vínculos con ellos no sean ilusorios. Para ser felices hoy, antes que lograr nuestros objetivos (que a veces son muy complejos), quizás nos ayude más: llamar a alguien que hace tiempo que queremos ver; estar con quienes nos sentimos cómodos; realizar aquella actividad que tanto bien nos hace; ejercitar el cuerpo de la manera que mas nos divierte; poder estar y contemplar a nuestra pareja; comer adecuadamente; divertirnos o destinar un rato del día para ello; trabajar; tener relaciones y sostenerlas,  con personas que para nosotros su influencia es determinante (en otras palabras, personas que son referencias o guías para nosotros); asimilar y aceptar a nuestros familiares; observarnos y descubrirnos; pedir ayuda, etc.….En fin todas cuestiones que aquí y ahora están a nuestro alcance y solemos privarnos de ellas.

 

Objetivo de los tratamientos Psicológicos

Se trata de vivenciar una nueva sintesis del propio ser que permita liviana y arraigadamente vivir en el aqui y ahora, disponible para lo inmediato, fuente de la verdadera felicidad.

Objetivos: 

1. Aliviar el malestar y generar las condiciones optimas para que cada cual encuentre por sí mismo el camino que permita dar verdaderas respuestas a su malestar. Procurarle al paciente los medios para descubrir sus dificultades y desarrollar sus capacidades creadoras y sociales.

2. Promover el reconocimiento de los integrantes del grupo familiar, su aceptación y asimilación, y la diferenciación de los mismos.

3. Ofrecer un tratamiento innovador y personalizado.

4. Procurar un tratamiento interdisciplinario. 

5. Promover el desarrollo de la resilencia (capacidad de las personas de afrontar situaciones adversas, resolverlas e incluso, salir fortalecidos de las mismas).

Habitualmente, concretar un primer encuentro, suele generar ansiedades. Es util saber que estas emociones suelen desaparecer rapidamente.  Es importante que se sienta comodo, a gusto con el profesional. 

 

SI CREES QUE PUEDES SOLO, HAS FRACASADO ANTES DE EMPEZAR.

Apoyo Psicologico. 

La manera más eficiente de superar un malestar interior (sobre todo cuando por uno mismo las soluciones no dieron resultado), es pedir ayuda. ¿Porque? Porque el ser humano se conoce a sí mismo “ex – sistiendo”. “Existir”, significa etimológicamente “salir de sí mismo” y entrar en vinculación con el exterior.

Incluso la mayor parte de los “tips” para estar mejor funcionan adecuadamente cuando una persona se abre a la posibilidad de pedir ayuda. Y esto ocurre por una razón: Cuando “no salimos de nosotros mismos”, nuestra energía termina siendo tóxica… como le ocurrió a Narciso (el mito griego) quien murió ahogado mirando su imagen en el agua. Luego de pedir ayuda, se produce un verdadero espacio interior para aplicar “los tips”… incluso estos aparecen espontáneamente en nosotros mismos.

En general un tip va a ser efectivo si va en contra de una tendencia que existe en nosotros mismos: si somos muy correctos, los tips efectivos van a tener que ver con hacer “lo incorrecto”; si nos abandonamos, hacer actividades que nos hagan bien; si nos cargamos de actividades, reducir el cumulo de las mismas; si nos aislamos, relacionarnos; si la realidad se nos vuelve insoportable, buscar apoyo para tolerarla; si nos sentimos demasiado responsables, delegar la misma en quien corresponda. Es decir, un tips va a estar bien aplicado si está sustentado desde una observación de sí mismo que justifique su aplicación. Y la única manera de observarse a sí mismo es “existiendo”.

No es fuerte el que no necesita ser ayudado, sino el que tiene el valor de pedirla. La supuesta fortaleza de aquel que pretende no necesitar ayuda, no es sino, la debilidad de no poder reconocer la 
ayuda que se recibió de los padres…biológicos o no. Es que la naturaleza nos hace nacer plenamente indefensos, y si sobrevivimos fue gracias a alguien.
La auténtica autonomía solo puede ser lograda a través de reconocerse necesitado, dar respuesta a esto y transformar esta necesidad.

La cuestión central es que la persona que solicita terapia,  está reconociendo que  no puede resolver esa situación de malestar como se lo había propuesto, que lo ha intentado una y otra vez, que no encuentra  la solución. No la encuentra, aunque está en ella misma…la paradoja humana se encuentra en que la solución está en uno mismopero sin embargo, esta se encuentra “en estado de vinculación con otro”, es decir, al ponerme en relación, vinculación con otro me conozco, descubro y así obtengo la posibilidad de “hacer algo” con esto. La no comprensión de esta paradoja suele llevar a intentos repetitivos e infructuosos en el intento de dar respuesta al malestar interior.

Nadie duda en reconocer la necesidad de respirar, o alimentarse… ¿Por qué poner en duda la necesidad de pedir ayuda?…Como toda necesidad no reconocida y  no satisfecha, esto suele terminar siendo toxico para el psiquismo.

¿Cuándo es recomendable hacer terapia, pedir ayuda?

– Cuando se piensa que el propio malestar se debe únicamente  a un desorden físico o a uno social (desempleo, discriminación)

– Cuando el grado de malestar y duración de los síntomas se vuelve “molesto” o “insoportable”

– Cuando se tiene la sensación de que mediante acciones voluntarias y conscientes es imposible evitar el sufrimiento.
– Cuando usted se siente vulnerable para enfrentar ciertas dificultades o problemáticas.

– Cuando usted se siente demasiado exigido y tiene la sensación de que no posee las fuerzas para afrontarlo solo, a pesar de que piense que “usted debería solo”

– Cuando a usted, ante determinado problema, no se le ocurre una alternativa nueva de respuesta, distinta a las que ya ha intentado y no puede solucionarlo.

– Cuando su problemática está afectando su desempeño laboral, quitando calidad a su sueño o impidiendo seguir vinculándose con sus allegados o amigos.

– Cuando su estado de ánimo “negativo” se vuelve persistente y algo con lo cual usted “no puede hacer nada”.

En fin, prácticamente todos vivimos puntualmente alguno de estos síntomas, sin embargo el grado de malestar y su duración debe movernos a hacer algo por ayudarnos.

Comparta  lo que le ocurre con una persona de confianza y pregúntele lo que usted desee: por ejemplo, si ha notado un cambio en su conducta o estado de ánimo, como lo ve, cuéntele algo de lo que le sucede. Comparta su duda de si hacer terapia o no, teniendo presente que esta decisión, solo puede ser tomada por usted. Otras referencias que indican la necesidad de hacer una consulta son:

Intensos sentimientos de culpa

Pensamientos de suicidio no se trata del deseo pasivo de “estar muerto”, sino del “querer matarse”.

Desesperación extrema…”la vida se ha terminado para mí”.

Inquietud o depresión prolongadas, la sensación de estar “atrapado” o, la sensación de estar bloqueado, inhibido, anulado.

Síntomas físicos

Ira incontrolada, que hace que nuestros amigos y seres queridos se distancien

Dificultades laborales continuadas o para realizar las tareas necesarias para la vida cotidiana.

Abuso de sustancias

Un psicoanalista toma al síntoma como un aviso de que algo no anda bien, un signo que esta «llamándonos la atención» sobre la necesidad de replantearnos quienes somos y que hacemos para poder de esta manera dejar de padecer el malestar que tenemos. De esta manera, no tiene como objetivo primario hacer desaparecer al síntoma, dado que este le brinda al sujeto información invaluable sobre si, para poder saber sobre si y qué lo llevo a tener este malestar. Esta perspectiva apunta a un cambio en la manera de ser y relacionarse que invariablemente conducirá a la desaparición del síntoma tal como se presentaba inicialmente.

Un psicólogo, en líneas generales, va a apuntar a quitar el síntoma, con una serie de técnicas, hipótesis y/o recomendaciones. Es decir que no apunta a un cambio del «ser» y la manera de vincularse, sino que apunta a «tener» una serie de herramientas para poder paliar el malestar. Tomando esta perspectiva, se corre el riesgo de que el problema previo (síntoma), surja con otra modalidad (otro tipo de síntoma), dado que el «ser» (la manera de ser) de la persona en cuestión no se vio modificada.

Ahora bien, para poder explorar el propio ser, para poder realizar un psicoanalisis, es necesario que la persona se encuentre «no desbordada», por lo cual, si el síntoma no permite «vivir», incluso un psicoanálista aplicará una serie de procedimientos con la intención de que la persona alivie el malestar y de esta manera le sea posible hablar sobre lo que le ocurre, pueda explorar sus maneras de vincularse y de «ser». En este sentido, estas técnicas tienen el mismo propósito que la medicación: facilitar las condiciones para realizar un tratamiento terapéutico.

[/et_pb_toggle][et_pb_toggle title=»MItos falsos que suelen impedir el inicio de un espacio de terapia psicologica» admin_label=»Conmutador» _builder_version=»3.0.47″ background_size=»initial» background_position=»top_left» background_repeat=»repeat»]

1º) Sólo acuden a un psicólogo los que estan locos o medio locos y no tienen remedio. Esto no es cierto bajo ningun punto de vista, dado que existen distintos tipos de problemas psicológicos o situaciones dolorosas, cada uno de los cuales supone un malestar de distinto grado. Este es el hecho fundamental: hay un malestar (intenso o no) que nos esta avisando de algo, que por lo tanto requiere de “atención”.

2º) A partir de determinada edad no tiene ningun sentido realizar un proceso terapéutico. Tiene sentido porque ahí se esta manifestando un malestar o dolor con el cual se puede hacer algo para hacerlo desaparecer o mitigar. Se trata de tener interés por desembarazarse de este malestar, condición totalmente independiente de la edad. Justamente quien pierde interes de realizar esto (desembarazarse de su malestar) se puede decir que se esta dejando morir en vida. Es importante resaltar que este interes debe ser acompañado por otros ingredientes como ser: voluntad, entrega al proceso terapeutico, etc.

3ª) Las personas no cambian nunca. Esto es una creencia falsa: por un lado, nunca los cambios que se realizan tienen que ver con lo que se habia imaginado; por otro lado, nunca los cambios que uno necesita coinciden con los que el otro desea; por ultimo, justamente el ser humano cambia en los momentos de dolor y crisis.

4º) Cuando se empieza a ir al psicólogo, es para siempre. Detrás de esta afirmación suele esconderse el temor a “modificar el estado de dependencia” en el que se encuentra la persona. Es que, independientemente de que hay muy pocas problemáticas que requieren atención por periodos extensos de tiempo, los procesos terapéuticos suelen generar y crear el enriquecimiento de recursos por parte de la persona para afrontar su situación problemática actual y las venideras, aumentando su capacidad de autonomía.

5º) No tengo dinero: habitualmente afirmar «no tengo dinero» es una excusa muerte fuerte y no real para iniciar y sostener un espacio de terapia psicologica. Por ejemplo: hay instituciones que facilitan las condiciones para sortear esta dificultad. En centro Anteroos es una de ellas.

– Tristeza, ganas de llorar, desesperanza ante la vida o desesperación
– Nerviosismo, agitación, insomnio, ansiedad
– Sensación de vacío, de sin sentido,  no tener ganas de hacer nada, no disfrutar con ninguna actividad
– Sensación de tener un nudo en la garganta, presión en el pecho o un “pellizco” en el estómago
– Estar irritable, no tener ganas de ver a personas con las que antes pasábamos ratos agradables
– Etc.

– Angustia, Panico: 

Angustia: «Malestar psíquico y físico, nacido del sentimiento de cercania de un peligro, que se caracteriza por un miedo difuso que puede ir desde la inquietud, ansiedad al pánico, acompañado de sensaciones penosas de orden corporal. Tomando los aportes de la  filosofía, a partir de Kierkegaard y el existencialismo, se habla de la angustia definiéndola como la inquietud metafísica nacida de la reflexión sobre la existencia y sus temas centrales: nacimiento, vida, muerte, sexualidad, enfermedad, etc».
Se caracteriza por la aparición súbita de aprensión, miedo pavoroso o terror acompañados con la sensación de muerte, miedo a morir.
La angustia se acompaña de un malestar psicológico y cambios biológicos:

  • taquicardia
  • sudoración
  • temblores
  • sensación de falta de aire
  • expectativa de que algo malo va a ocurrir
  • hormigueos, y extremidades “dormidas”, etc

La angustia se diferencia del miedo ya que éste último está referido a un objeto definido, mientras que en la angustia se teme a algo desconocido, que no se llega a definir. Uno de los objetivos del proceso terapeutico es poder ubicar mejor esto “desconocido” y poder decir algo al respecto.

Prácticamente todos vivimos puntualmente alguno de estos síntomas, sin embargo el grado de malestar y su duración debe movernos a hacer algo por ayudarnos.

La confianza como el arte no proviene de tener todas las respuestas,

sino de estar abierto a todas las preguntas.

Una tarde, Rabiya, una famosa mística sufí,  estaba buscando algo en la calle, junto a su pequeña choza. Se estaba poniendo el sol y la oscuridad descendía poco a poco. La gente fue congregándose, y le preguntaron: — ¿Qué haces? ¿Qué se te ha perdido? ¿Qué estás buscando?

Ella contestó: —Se me ha perdido la aguja.

La gente dijo: —Se está poniendo el sol y va a resultar muy difícil encontrar la aguja, pero vamos a ayudarte. ¿Dónde se te ha caído exactamente? Porque la calle es grande y la aguja pequeña. Si sabemos exactamente dónde se ha caído resultará más fácil encontrarla.

Rabiya contestó: —Más vale que no me preguntéis eso, porque en realidad no se ha caído en la calle, sino en mi casa.

La gente se echó a reír y dijo: — ¡Ya sabíamos que estabas un poco loca! Si la aguja se ha caído en tu casa, ¿por qué la estamos buscando en la calle?

Rabiya replicó: —Por una razón tan sencilla como lógica: en la casa no hay luz y en la calle aún queda un poco de luz.

La gente volvió a reírse y se dispersaron. Rabiya los llamó y dijo:

¡Escuchadme! Eso es lo que hacéis vosotros. Yo me limitaba a seguir vuestro ejemplo. Os empeñáis en buscar la dicha en el mundo exterior sin plantear la pregunta fundamental: « ¿Dónde la has perdido?». Y yo os digo que la habéis perdido dentro. La buscáis fuera por la sencilla y lógica razón de que vuestros sentidos están abiertos hacia el exterior: hay un poco más de luz. Vuestros ojos miran hacia fuera, vuestros oídos escuchan hacia fuera, vuestras manos se tienden hacia fuera; por eso estáis buscando fuera. Por lo demás os aseguro que no la habéis perdido ahí, y lo digo por experiencia propia. Yo también he buscado fuera durante muchas, muchas vidas, y el día que miré dentro me llevé una sorpresa. No hacía falta buscar y registrar; siempre había estado dentro.

¿Cómo buscar en nuestro interior? Siempre vamos a necesitar de referencias, puntos de apoyo, orientaciones para comprender adecuadamente hacia dónde dirigir nuestros esfuerzos. Es por esto que es importante tener relaciones que nos brinden estas referencias. Ojo, no es lo mismo una referencia que un consejo: el consejo nos deja en el asiento trasero del auto, mientras que “papa” maneja; en cambio las referencias nos dejan al volante, dirigiendo el proceso.

Cuando decimos “yo”, en realidad nos estamos identificando con una serie de características que tomamos de 2, 3 o  más personas con quienes tuvimos un lazo vincular fuerte… y al hacerlo perdimos la aguja que estaba buscando Rabiya. Nos definimos a nosotros mismos desde características que tomamos de los otros.

¿Cómo nos desidentificamos? Nuestros dolores y tristezas, son en el fondo unas referencias que nos dice de la necesidad de que nos replanteemos quienes somos. En la práctica, para desidentificarnos, es necesario un trabajo de observación de nosotros mismos, de observación de aquellos actos, pensamientos y sentimientos que nos dejan fijados en un punto de la “ruta”. Ahora bien, el punto donde esta observación se puede hacer mejor, es en la puerta de entrada de la casa… ¿Qué quiero decir? Que esta observación se realiza óptimamente en el punto de encuentro entre el interior y el exterior de nosotros mismos, porque es ahí, como en el cuento, donde más luz tenemos espontáneamente. Este encuentro se produce cuando nos vinculamos con el otro, cuando accedemos a un estado de intimidad con el otro y con nosotros mismos. Sea un maestro espiritual, un guía, un profesor en determinado campo del saber, un terapeuta. En este tipo de relaciones se van a poner a la luz nuestras maneras habituales de identificarnos y espontáneamente las mismas van a “caer”, perder vigor, fuerza, “argumentos”. En el camino para conocernos es muy importante dejar de reaccionar como habitualmente lo hacemos. Al hacerlo, van a aparecer sentimientos, pensamientos, emociones que habitan en nosotros pero que en general no están a la vista porque nos asustan. Cuando aparecen estos estados, es importante que estemos contenidos, sostenidos por otro para no volver a cometer los errores que cometemos siempre.

[/et_pb_toggle][et_pb_toggle title=»El secreto de la psicologia que te devuelve todo el poder para ser feliz. » admin_label=»Conmutador» _builder_version=»3.0.47″ background_size=»initial» background_position=»top_left» background_repeat=»repeat»]

Si piensas que no lo mereces o que para vos es imposible,

en algún lugar crees que eres un niño que debe rendir cuentas.

La creencia en general, es que  uno va a ser feliz si tiene algo que le está faltando: un hombre, una mujer, un auto, una figura estética, una casa, un título, etc.  Sin embargo, cuando uno obtiene lo que deseaba, no suele provocar un estado de felicidad, o él mismo dura solo unos instantes. Pregunta: ¿Puede ser que el estado interno, como estado que perdura, pueda ser determinado por un estímulo externo momentáneo, como ser lograr un objetivo en la vida? La experiencia parece decir lo contrario: por el intento de lograr aquello que pensamos que nos dará felicidad, sufrimos. Con esto de ninguna manera se quiere insinuar que lo mejor sería no tener objetivos, sueños o propósitos, sino que nuestros vínculos con ellos no sean ilusorios. Para ser felices hoy, antes que lograr nuestros objetivos (que a veces son muy complejos), quizás nos ayude más: llamar a alguien que hace tiempo que queremos ver; estar con quienes nos sentimos cómodos; aceptar y asimilar a nuestros familiares y padres; realizar aquellas actividades que tanto nos hacen bien; ejercitar el cuerpo de la manera que más disfrutamos; estar y contemplar a nuestra pareja; comer sanamente; divertirnos o destinar un rato del día para ello; trabajar; tener relaciones con personas que para nosotros su influencia es determinante, es decir, personas que son referencias o guías para nosotros; observarnos y descubrirnos; pedir ayuda cuando sea necesario, etc….En fin, después de todo,  todas cuestiones que aquí y ahora están a nuestro alcance y solemos privarnos de ellas…¿Por qué lo haremos?.

El secreto que nos devuelve todo el poder es el siguiente: “Nuestro nivel de ser atrae los eventos que nos ocurren en la vida”: el tipo de relaciones que tenemos, el estado de nuestras relaciones con los familiares, el tipo de trabajo… como lo hacemos; el nivel de ingresos económicos que tenemos; el estado de salud que tenemos, etc. El poder de esta afirmación es enorme: lo que nos ocurre, nos ocurre por nosotros mismos. El acceso a un estado interno distinto, a un vínculo con la realidad diferente solo depende de nosotros. Entonces, cuando se comprende esta afirmación, nada es igual: no se trata de que mi pareja no me valora, sino que yo hago algo para no ser valorado; no se trata de que mi pareja es violenta, sino que, por alguna razón, hay violencia en mi ser; no se trata de que soy rechazado, sino de que probablemente estoy rechazando a alguien; no se trata de que no me dan el aumento que necesito, sino que, no despliego mis potenciales que me dejan atado a mi empleo; no se trata de que nadie me salva, sino de que es probable de que me la pase salvando a personas y me olvido de mí mismo, etc.

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