Enfoque en los pensamientos y aquello que sentimos
O también denominada terapia cognitiva. Esta terapia se basa en los patrones cognitivos que determinan la manera de vincularse con el futuro, la realidad y con uno mismo.
Este modelo se centra en que “lo que nos perturba no son los hechos, sino lo que pensamos y sentimos en relación a los hechos”. Las maneras de tomar las cosas suelen generar un “circulo vicioso”, en donde las maneras erróneas de interpretar la realidad, conducen a otras maneras erróneas, en un proceso que no tiene fin si no se interviene de una manera distinta.
Esta terapia apunta a trabajar con las creencias irracionales, exigencias absolutistas (demandas rígidas y absolutas que crean necesidades falsas y molestas), como por ejemplo que todo el mundo debería manejarse con “mi” concepto de justicia. Si estas exigencias no son respondidas surge: poca tolerancia a la frustración, ira, culpa y actitudes dramáticas.
En fin, se apunta a revisar las distorsiones cognitivas: el pensamiento emocional, la personalización, la condensación (una persona tiene “X” cualidad sin considerar otros atributos), generalización, falsos silogismos, etc.
Estas técnicas se adaptan a los niños y adolescentes dado que es necesario tomar en cuenta el momento evolutivo de ellos. Parte de la terapia es llevada a cabo con los padres ya que son modelos y agentes de consolidación de los cambios buscados.
Actualmente el modelo cognitivo, se enriquece con los aportes de la terapia de los esquemas, el psicodrama, etc.