Es una conducta, actitudes o modos de vincularse traducidas en actos u omisiones en el trato que causa un perjuicio a la víctima, sea intencionalmente o no. En todo acto de violencia psicológica existe una coerción, una dinámica vincular que tiene por efecto “la obligación de hacer algo para el otro”. Así como el agresor puede hacerlo intencionalmente o no, la victima puede ingresar en este funcionamiento sin darse cuenta.
Los daños por la violencia psicológica son tan importantes y peligrosos como en la violencia física. La violencia, el maltrato, el acoso, la manipulación producen un desgaste en la persona que la deja incapacitada, paralizada para defenderse.