La víctima se transforma en el victimario.
Causas de la violencia psicologica.
Causas a resaltar:
- Cuando el hombre o mujer no están “presente”, en el sentido actitudinal, y favorece sentimientos de degradación en la mujer o en el hombre.
- Cuando la mujer o el hombre no reconoce o respeta el lugar del otro y estimula “reacciones violentas”. En el caso de las mujeres, muchas veces, el cuidado sobre los niños es presentado como justificación.
La verdadera violencia es psicológica: el problema no es solo la lesión física, sino las conductas violentas “naturalizadas”, es decir, evaluadas como correctas, como normales.
Denunciar a un familiar es un acto difícil de realizar dada la cercanía de la relación y lo que esto conlleva: sentimientos de culpa, vergüenza, acostumbramiento a la violencia domestica, etc. La situación violenta no solo la padecen quienes sufren golpes o violencia psicológica, sino también quien realiza los golpes y humillaciones. Como el dicho: “detrás de toda víctima, es posible encontrar un victimario”. Por esto, es recomendable participar de procesos terapéuticos para brindar soluciones reales a la situación: es que la denuncia legal lo único que permite (y no siempre) es “poner límite” a las situaciones violentas.
En general se señala que la violencia psicólogica se da, sobre todo, por tres razones o factores: falta de control de impulsos, carencias afectivas y la impotencia al no poder resolver problemas adecuadamente.
Conductas violentas naturalizadas.
El problema son las conductas violentas “naturalizadas”, es decir, evaluadas como normales o justificables.
La violencia es producto de un amor “en desorden”, algo del sistema familiar no está en su lugar adecuado, no permitiendo que el amor se exprese fluidamente: Por alguna cuestión personal no resuelta, alguno de los integrantes no “está disponible” para vincularse con otro. Cuando lo no resuelto, es solucionado, la violencia desaparece. Si en una pareja ocurriera alguna situación violenta, la posibilidad de que la relación se termine es alta: es que se pierde la confianza y la capacidad de reconocer el lugar del otro.
En el caso de las parejas o matrimonios, el argumento que apunta a evitar una separación para cuidar a los niños, es errónea: la situación de sostener lo que sucede es más traumático para los niños, sobre todo porque lejos de no darse cuenta de lo que pasa, son mucho más permeables que los adultos.
La escasez de recursos económicos, financieros, afectivos y vinculares (incluso familiares) favorecen que estas situaciones se prolonguen en el tiempo.
Fantasía y realidad de la violencia.
No tiene porque el adulto golpeador haber sido golpeado en su niñez. Aquí intervienen las fantasías típicas de la infancia sobre “que un niño sea golpeado por un adulto”, es decir, la violencia puede surgir no de una experiencia agresiva familiar sino de la manera de relacionarse en la fantasía con la agresividad: las fantasías suelen expresar violencia latente de la familia de origen. Por otro lado, muchas veces la violencia descargada en el niño o vivencia da en el niño, está relacionada a los conflictos en la relación de los padres.
Violencia en mujeres.
Entre las mujeres pueden diferenciarse dos situaciones distintas: cuando una mujer es objeto de violencia psicólogica y sostiene esta situación por “responder a ideales”, como el de de vivir en familia, dependencia económica, confusión, etc.; y cuando una mujer, por dinámicas vinculares muy precisas, interviene en la producción de los fenómenos de violencia. Sea como sea, esta situación requiere un “corte”, un límite.
En general, la persona que asume actitudes violentas es una persona aislada, desvinculada, sin amigos, celoso y con la autoestima baja. A veces este aislamiento, es provocado por el tipo de funcionamiento familiar mismo.
Detrás de toda conducta violenta, se puede observar una creencia en la violencia para modificar la situación: esto es imposible, la violencia genera más violencia…nada más.
El consumo de sustancias, como el alcohol o drogas, son un factor predisponente a la violencia psicológica.
Violencia psicólogica: una verdadera pesadilla.
La tolerancia de situaciones violentas suele llevar a mayores grados de violencia. El argumento que apunta a evitar una separación para cuidar a los niños, es falsa: la situación de sostener lo que sucede es más traumático para los niños, sobre todo porque lejos de no darse cuenta de lo que pasa, son mucho más permeables que los adultos…son los más vulnerables psíquica y físicamente.
La falta de recursos económicos y vinculares (incluso familiares) favorecen que estas situaciones se perpetúen. Cuando se separan, es común que el agresor quede en contacto con sus hijos y les comunique y fomente el odio hacia la madre.
La mujer violentada no ve la solución porque no tiene trabajo, tiene hijos y la sociedad minimiza el problema: la Justicia y los medios hablan de ‘crimen pasional’, algo que culpabiliza a la mujer.
La justicia no ofrecen una atención adecuada a estas situaciones: suelen evaluar estos problemas como conflictos familiares que escapan a su función, cuando en verdad es exactamente lo contrario: ahí donde en una familia falta la ley, el límite, el orden, este es necesario que sea instaurado desde afuera, desde la justicia.